En esta fase se contempla una evaluación interna a cargo del personal técnico responsable del programa y una evaluación externa a cargo del personal que colabora en la ejecución del mismo, así como de la muestra.
Se realizará una evaluación continua del programa que permitirá comprobar el grado de eficacia del proceso de ejecución y por tanto, desarrollar los cambios necesarios.
La revisión de cada una de las fases del programa permite un enfoque más cercano a la realidad social objeto de la intervención. Por ello, se considera la evaluación como una fase imprescindible y de carácter continuo.